Laura Delgado
by Juan Zapato
“El amor, como el arte no tiene límites en sí mismo, pero
encuentra en el hombre grados infinitos. Siempre la elección, la búsqueda: allí
está el campo de batalla de las fuerzas... Es porque la elección es la ley de
la vida, y cuanto más grande es el espíritu del hombre, más libertad de acción
tiene y más está en condiciones de dirigirla a su voluntad.” Bourdelle
lauradelgadoEn la actualidad, atendemos a un creciente
enceguecimiento cuyo objetivo final parece ser la industrialización de la “no
mirada”. Detenerse a contemplar, parece hoy una experiencia inhóspita a la que
solo algunos arriesgados se animan a adentrarse.
En los tiempos que corren, se manifiesta una prioridad de la
llegada por sobre la del trayecto, donde el tiempo se reduce a la nada y nos coloca
en un vacío sideral.
En este contexto sociocultural, mi trabajo diario se dirige a una revalorización de la mirada,
del silencio elocuente, de la contemplación gozosa, de la reflexión posterior…
El artista es un investigador cuyo camino lo obliga a
mirarse a sí mismo para indagar en la verdad de las cosas. Es un deseo
inagotable el motor que empuja diariamente a atacar las mismas angustias y
movilizar el trabajo que inevitablemente deviene luego en epifanías plásticas.
Ensayo y error constante, encuentro lúdico con el material,
resistencia del soporte, intuición, conocimiento, y por qué no, una curiosidad
inocente y hasta ingenua, son algunas de las sensaciones que advierte el
artista a la hora del trabajo. Cada vez, como si fuera la primera, el encuentro
con la tela en blanco abre paso a la expectativa, la incertidumbre y la
angustia. Este silencio previo, de absoluta y cruda soledad preanuncia la
insipiente batalla. Horas después, la contienda se desarrolla entre manchas,
gestos y estudios compositivos que evidencian la tensión reinante. Median la
metáfora, la búsqueda del nudo poético, la omisión de lo obvio frente a la
aparición de lo esencial y la sorpresa frente al proceso creativo.
Claramente, la tela ya no será la misma que al comienzo y en
esta metamorfosis inevitable, muta
también el artista.
Tras las puertas del taller la obra espera ser
contemplada, y ya autónoma, se expone frente a ojos ajenos para completar
el ciclo necesario. Es allí donde se cierra el proceso y comienza lo que será
el silencio del espectador, la contemplación y su consecuente introspección.
El arte no debe responder a elites de privilegio o volverse
inentendible; lejos de las modas actuales que estimulan esto, entiendo que un
pueblo sin cultura es un pueblo sin proyecciones futuras que limita su
desarrollo y potencial. Y que el Arte es la expresión universal del hombre, que
desde tiempos remotos, lo ha acompañado a lo largo de la historia.
Mi deseo se hace causa promoviendo el enriquecimiento
interior, fomentando la escucha y la mirada, abriendo a la emoción y aspirando,
desde el saber, a una mayor libertad individual y colectiva.
Laura Delgado© http://www.lauradelgado.com.ar
Nenhum comentário:
Postar um comentário