sábado, 24 de julho de 2010
Alô Boçais
Minha maneira de levar- lâmina e música- o barco insondável da vida sob a mira infecta.Sua pálida ética sempre tentando me delegar ( palavra déspota ! ) o estandarte da alegoria, fatal como a bandeira insolúvel dos suicidas.Tolinhos.Egos de gemada.Escória plural, lodo até as unhas.Fake brains, mistaken eyes.Arenga capenga, replay de banalidades.Xô.Cutucaram a fogurira com idéias curtas, agora segurem as faíscas.Meu porto se acende ao sopro das brisas e só cintila em circunstâncias imprecisas. Meu ponto de vista é outro ,lá , onde a vida se expande e se afunila , onde quer que ainda insista o pólem da poesia, onde seu bode, seu bonde nunca chegará.
Risco no Disco. Mais !Folha de São Paulo.17/05/1998.
XV de Novembro
Passos:
Passo fome
Passo sede.
Passo
Entre as pessoas
Como quem mendiga olhares
E encontro cegos.
Fábio Rodrigues Rocha
Passo fome
Passo sede.
Passo
Entre as pessoas
Como quem mendiga olhares
E encontro cegos.
Fábio Rodrigues Rocha
MENSAJEROS DEL OLVIDO
Creo que una tarde, me dispuse voluntariamente a cruzarme en el camino del viento, para esperarlo entre los árboles y decirle que se acordara de traerme aquellas veloces nuevas oportunidades que mis ojos esperaban.
Si mal no recuerdo, una noche me dispuse casi cansinamente, a robarle un poco de tristeza a la luna para redactar algunas frases; y mientras eso sucedía, le dije que no se olvidara de crearme nuevas voces de aliento, para aquellos que caían presos de sus amores.
Una madrugada sin más, me apeé de mi cuerpo dormido y con los ojos entrecerrados y el rostro mullido de misterio, volé cerca de algunos ángeles que se cruzaban entre nubes de marfil y cielos de octubre; y, mientras eso pasaba, les pedí que no tejieran leyendas en sus mentes sobre esos seres perfectos que paseaban debajo de sus alas, que, de tan deseosos de la vida, se habían vuelto brutales bestias que soñaban la nada, y sus sonrisas, solo reflejaban gestos soberbios de los mensajeros del olvido.
Quizá una tarde, me quedé sentado en este banco de plaza, descascarando los días y peinando los errores para que no fueran tan visibles, y mientras eso sucedía, me quedé dormido sobre mis contrariedades; y sin saberlo, un día por venir se cruzó con mi sombra, y me fui con él, mientras me pedía que no me olvidara de reclamar mis momentos presentes que envejecían entre el deseo y el primer paso.
Creo que una tarde... desperté entre una fina llovizna que se colaba entre las copas de los cipreses y andaba latente esperando el movimiento de los pinos; y, mientras eso pasaba, pude ver como se despedían los segundos de mi existencia, y puse en aviso a mi alma, de que un fino hilo de plata tan frágil como una caricia, era lo único que nos unía a los pensamientos del ahora y la eternidad.
Tal vez fue una tarde, en que creo dejé de ser mañana y me volví hoy, dejé de ser sueño y me volví hecho; dejé, de ser palabra y me transformé en camino, dejé de ser planes y me volví vida.
Si mal no recuerdo, creo que una tarde, empecé a vivir.
Jesús Alejandro Godoy
Contacto: jesus_alejandro_ godoy4@yahoo. com.ar
http://jesusalejandrogodoy.blogspot.com/
Si mal no recuerdo, una noche me dispuse casi cansinamente, a robarle un poco de tristeza a la luna para redactar algunas frases; y mientras eso sucedía, le dije que no se olvidara de crearme nuevas voces de aliento, para aquellos que caían presos de sus amores.
Una madrugada sin más, me apeé de mi cuerpo dormido y con los ojos entrecerrados y el rostro mullido de misterio, volé cerca de algunos ángeles que se cruzaban entre nubes de marfil y cielos de octubre; y, mientras eso pasaba, les pedí que no tejieran leyendas en sus mentes sobre esos seres perfectos que paseaban debajo de sus alas, que, de tan deseosos de la vida, se habían vuelto brutales bestias que soñaban la nada, y sus sonrisas, solo reflejaban gestos soberbios de los mensajeros del olvido.
Quizá una tarde, me quedé sentado en este banco de plaza, descascarando los días y peinando los errores para que no fueran tan visibles, y mientras eso sucedía, me quedé dormido sobre mis contrariedades; y sin saberlo, un día por venir se cruzó con mi sombra, y me fui con él, mientras me pedía que no me olvidara de reclamar mis momentos presentes que envejecían entre el deseo y el primer paso.
Creo que una tarde... desperté entre una fina llovizna que se colaba entre las copas de los cipreses y andaba latente esperando el movimiento de los pinos; y, mientras eso pasaba, pude ver como se despedían los segundos de mi existencia, y puse en aviso a mi alma, de que un fino hilo de plata tan frágil como una caricia, era lo único que nos unía a los pensamientos del ahora y la eternidad.
Tal vez fue una tarde, en que creo dejé de ser mañana y me volví hoy, dejé de ser sueño y me volví hecho; dejé, de ser palabra y me transformé en camino, dejé de ser planes y me volví vida.
Si mal no recuerdo, creo que una tarde, empecé a vivir.
Jesús Alejandro Godoy
Contacto: jesus_alejandro_ godoy4@yahoo. com.ar
http://jesusalejandrogodoy.blogspot.com/
Há três bruxas más em ti
« Há três bruxas más em ti
zute a vassoura nas costas morre e nas ruas leva
o coração aberto, veias arrancadas às pernas
para salvar o dia
tudo igual ao que não sei
os comprimidos fora de prazo
cruzam o ar. Engole com o café à volta da mesa
senhor, senhor I'm better
when I'm bad diz na t-shirt da empregada
há televisão ligada e animais para tudo no jardim
levantam voo os pássaros comuns
como grãos castanhos
e vozes uma a uma num turbilhão macio
vivo para coser a pele com cuidado.»
João Almeida
in Telhados de Vidro, nº 3
zute a vassoura nas costas morre e nas ruas leva
o coração aberto, veias arrancadas às pernas
para salvar o dia
tudo igual ao que não sei
os comprimidos fora de prazo
cruzam o ar. Engole com o café à volta da mesa
senhor, senhor I'm better
when I'm bad diz na t-shirt da empregada
há televisão ligada e animais para tudo no jardim
levantam voo os pássaros comuns
como grãos castanhos
e vozes uma a uma num turbilhão macio
vivo para coser a pele com cuidado.»
João Almeida
in Telhados de Vidro, nº 3
« Grito
Suponho que a tristeza não seja o nosso maior problema. O mesmo não direi das casas incendiadas, do céu baleado, da gasolina que nos enxerta os rins. Talvez conseguíssemos uma muralha de pétalas se nos propuséssemos espinhos. Nem sempre um mais um são dois. Ambos sabemos disso e muito mais. Desenhar-te-ei um botão de rosa no umbigo, uma corola em cada mamilo, um pé de salsa nos lábios. Só para cheirar, amor. Só para cheirar amor. »
Juraan Vink
Suponho que a tristeza não seja o nosso maior problema. O mesmo não direi das casas incendiadas, do céu baleado, da gasolina que nos enxerta os rins. Talvez conseguíssemos uma muralha de pétalas se nos propuséssemos espinhos. Nem sempre um mais um são dois. Ambos sabemos disso e muito mais. Desenhar-te-ei um botão de rosa no umbigo, uma corola em cada mamilo, um pé de salsa nos lábios. Só para cheirar, amor. Só para cheirar amor. »
Juraan Vink
Agasalhos
Ele descia a escada de uma rua e não sabia cantar.Mas era a sua voz que vinha não tanto desengonçada.Entre seu corpo e o vento havia um choque que ele saudava com a canção.
Ao vencer o último degrau , tudo parou.No duro: a canção , o vento, o seu caminhar.a primeira coisa que ele fez foi abrir o sobretudo, como se tivesse algum dispositivo por dentro da roupa que devolvesse a tudo o dom de funcionar.Ele abriu o sobretudo, enfiou calmamente a mão por baixo das lãs e assim ficou por um instante, a pensar.Seria ele uma espécie imatura ainda, incapaz de controlar as disfunções que acometiam a qualquer um?Virou-se,olhou a escada como se estivesse acabado de praticar uma façanha.Uma criança descia.parecia reconhecê-lo.De fato vinha em sua direção...
Relâmpagos.Folha de São Paulo.12/07/01
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