Entrevistado :Vasili Koltashov
El economista Vasili Koltashov (Novosibirsk, 1979) conoce de
primera mano cómo es la situación real de la economía en Rusia. Koltashov es el
director del Centro de Investigación Económica del Instituto de la Globalización
y los Movimientos Sociales (IGSO) de Moscú y también forma parte del
Laboratorio de Política Económica Internacional de la Universidad Plejánov de
Economía. “La calidad de vida ha empeorado de manera sensible en Rusia”,
advierte. Le entrevistó para la revista La Marea Àngel Ferrero, en Moscú.
En los medios occidentales leemos con frecuencia artículos
que hablan de una crisis económica inminente en Rusia, pero ésta parece no
llegar. El gobierno ruso, por su parte, tiende a destacar los aspectos
positivos. ¿Cuál es el estado actual real de la economía rusa?
La situación es establemente mala. El año 2016 fue
relativamente estable: los salarios no cayeron, pero tampoco subieron y, para
la gente que buscaba trabajo, fue difícil encontrar uno. En 2015 el salario
medio en rublos se redujo de manera considerable: en algunas regiones hemos
visto una caída hasta los 27.000 y 20.000 rublos al mes (415-300 euros), en
otras hasta los 25.000 (384 euros), 15.000 (230 euros) e incluso los 13.000
rublos (200 euros) al mes. La calidad de
vida ha empeorado de manera sensible. En 2014 y 2015, es decir, en dos años
consecutivos, el rublo se ha depreciado.
¿Qué impacto han tenido las sanciones económicas de la Unión
Europea y EEUU?
Prácticamente ninguna, en mi opinión. Llueve sobre mojado.
Es la segunda onda de la crisis lo que realmente afecta a la economía rusa. No
hay sanciones contra Brasil, por ejemplo, y sin embargo su situación es similar
a la de Rusia.
¿Está funcionando el programa de sustitución de importaciones
del gobierno ruso?
Muy poco. Incluso en la agricultura, donde hay muchas
posibilidades de éxito, sus resultados distan de ser positivos. Se dice que ha
aumentado la cosecha de trigo y verduras, pero nadie sabe dónde están porque no
hay almacenes adecuados para almacenar la cantidad de alimentos que se declara
haber producido. En agricultura se han registrado algunos éxitos en el programa
de sustitución de alimentos. En el sector industrial encontramos algunos
ejemplos de sustitución de bienes de consumo, pero es un efecto que sólo se
debe a la depreciación del rublo. La economía rusa sigue siendo débil como para
sustituir todos los bienes que importa.
Otro de los lugares comunes sobre la economía de Rusia es su
dependencia de los hidrocarburos. ¿Hasta qué punto es cierto?
La dependencia es enorme. No sólo del petróleo y el gas,
sino de la exportación de metales, fertilizantes químicos y otras materias
primas. La dependencia sería menor si el mercado interno estuviese más
desarrollado, pero la política anticrisis consiste en reducir el poder
adquisitivo de los consumidores y recortar los programas sociales. Es una copia
de las medidas económicas de la Unión Europea.
Pero en la Unión Europea estas medidas de austeridad no
están funcionando…
¿Cómo que no funcionan? Claro que funcionan: son muy
efectivas a la hora de llevar a la bancarrota
a la gente [ríe]. El rublo ha sufrido como consecuencia de esta
dependencia del precio del petróleo, se ha debilitado directamente tras la
caída de los precios de la energía y hay un temor crónico a que una crisis del
petróleo arrastre su valor con ella. La elite tiene la ilusión mística de que
si los precios del petróleo aumentan de nuevo todos los problemas se resolverán
automáticamente. Pero eso, por supuesto, no es así. La crisis económica en
Rusia tiene causas tanto internas como externas. Las causas externas son los
cambios en los precios de las materias primas y en la demanda. En la economía
doméstica es, sobre todo, el sobreendeudamiento de la población por las
hipotecas y préstamos para el consumo. Estos créditos sirven para enmascarar
los bajos salarios de la población, que han sido reducidos por las empresas. El
gobierno y las empresas se han adaptado a las condiciones de crisis a través de
la reduccción de los salarios. También los de los funcionarios: por ejemplo,
los salarios de oficiales en las regiones eran de 35-40.000 rublos (615 euros
aprox.) y ahora pueden llegar a cobrar 15.000 (230 euros). Esto crea una fuerte
base para la crisis interna, ya que no hay programas para crear puestos de
trabajo de calidad ni estimular los salarios.
En su último discurso a la nación, el presidente Putin pidió
un presupuesto más estable y una economía cada vez más autónoma de la
exportación de petróleo y gas. ¿Es posible a corto y medio plazo?
Es posible, pero no está ocurriendo. Si persisten en su política
neoliberal, no será posible. El presidente no ha hablado de crear un complejo
industrial como el que existía durante la Unión Soviética, ha hablado del
procesamiento de las materias primas. No se tratará de vender las materias
primas, sino de procesarlas primero en Rusia y ya se están construyendo
factorías con ese propósito. Esto tiene que ver con el gas, el petróleo y los
minerales. Hay grandes planes para construir estas factorías en Siberia. Pero
esto no cambia en principio el motor de la economía, por lo que es
insuficiente.
El complejo militar-industrial es conocido por ser otro de
los pilares del país. ¿Cuál es el estado de este sector?
Su importancia es enorme. Su capacidad de exportación ha
crecido considerablemente. Rusia ha conseguido adquirir la reputación de ser un
país proveedor que no te invadirá si le compras y que te ofrecerá apoyo
diplomático cuando sea necesario. Quienes compraron armas a EEUU, por ejemplo,
no recibieron garantías de que algún día podrían ser invadidos. Sucedió, por
ejemplo, en Libia: este país importó armas de Reino Unido. Una vez cumplieron
con el último contrato, fueron invadidos. En cualquier caso, este sector
necesita de un mayor orden: hay demasiada burocracia, una modernización
limitada. El dinero del presupuesto para Defensa no sólo se destina de manera
ineficiente, sino que también es robado.
China es uno de los países con los que Rusia mantiene una
relación económica preferente. ¿Cómo cree que podría evolucionar esta relación?
Rusia se está convirtiendo en un proveedor de materias
primas para China, y esta exportación se incrementará. La compleja situación
económica en China no está siendo considerada en serio y creen que el
crecimiento de la economía china permitirá mantener el ritmo de las
exportaciones rusas.
Tanto en China como en Rusia hay mucha especulación con la
posibilidad de desacoplarse del sistema dólar.
Pienso que la cuestión es más complicada que eso. El euro se
ha depreciado en los últimos años, la libra esterlina también, ahora la
pregunta es ¿qué divisa se depreciará antes, el dólar o el yuan? Ésa es la
verdadera pregunta. Los debates sobre alejarse del sistema dólar son, por
ahora, mera especulación. China busca apoyar la estabilidad del yuan porque si
su moneda cae, la crisis en China se manifestará de manera más clara y se
extenderá a Rusia, golpeando a su economía. Pero si el dólar baja, el yuan
caerá con él. Por ahora el dólar se mantiene, mientras el yuan se deprecia
gradualmente. De momento no hay signos de un alejamiento del dólar. Los chinos,
en cualquier caso, buscan convertir el yuan en un sistema análogo al dólar.
Veamos si ello ocurre. Yo, personalmente, no lo creo.
¿Cómo valora la Unión Económica Eurosiática?
Está testimoniando una crisis profunda. Como diría un
médico: el paciente está más muerto que vivo. El motivo es que Rusia ingresó en
la OMC sin crear un mercado protegido en Euroasia. Esto hizo que Ucrania se
decantase hacia la Unión Europea y facilitó la victoria de las fuerzas de
Maidán.
¿Cuál es la situación económica de Ucrania?
Se ha deteriorado de manera considerable. A nivel doméstico,
sólo el sector agrícola es relativamente estable. Podemos hablar de un proceso
de desurbanización, no hay suficiente mano de obra en las ciudades. La
industria ucraniana es ineficiente, su maquinaria es anticuada y, de hecho, la
industria se está muriendo. En algunas partes con lentitud, en otras más
rápidamente. El Acuerdo de Asociación con la Unión Europea es una completa
catástrofe. Con todo, la crisis habría afectado a Ucrania de cualquier modo.
¿Se busca convertir a Ucrania en un proveedor de materias
primas para la Unión Europea?
Sí, eso es lo que ocurre en este momento. La mayoría de la
mano de obra, en cualquier caso, trata de emigrar a Rusia. Europa les ha
cerrado las puertas.
¿Pero no estarían las empresas europeas interesadas en la
mano de obra cualificada ucraniana, como ocurrió antes con la integración de
otros países de Europa oriental?
Ya no es así. Incluso si ése era el plan en 2014, en este
momento no tienen puestos de trabajo para ofrecer. El objetivo es que las
corporaciones europeas controlen las riquezas de Ucrania. Puesto que Rusia
desea debatir y negociar la retirada de las sanciones, esto crea las
condiciones ideales para que la Unión Europea haga rehén a Ucrania en cualquier
negociación. El objetivo de la oligarquía ucraniana era el Acuerdo de
Asociación con la UE y, después, acceder como miembro de pleno derecho sin
ceder su poder. Ahora mismo no tienen muchas oportunidades.
¿Ve tendencias aislacionistas o proteccionistas a nivel
global?
Es probable que veamos en los próximos años una mayor
desintegración de los bloques económicos neoliberales y la creación de grandes
mercados continentales. El llamado “nacionalismo económico” sólo puede
realizarse en grandes naciones con grandes mercados. Los grandes mercados
requieren normativas y aranceles, que funcionan como protección contra los
competidores. También de una diferente estrategia interna, consistente en un
incremento de la demanda interna. La victoria de Trump en EEUU demuestra que
una política así sólo será posible si hay una dura lucha política interna.
También se habla de guerras comerciales, especulación de
divisas e inclusos nuevas burbujas.
Hay una batalla en curso entre las bolsas china y
estadounidense. En Europa hay una burbuja financiera. El crédito barato, como
la tasa del 0% del BCE, infla estas burbujas. También hay una burbuja
industrial en China, creada después de que el país atrajese al capital
especulador internacional con la emisión de bonos. Rusia tiene un sistema
parecido. La caída de mercados de materias primas es inminente, al igual que la
depreciación del dinero, en particular del euro. El debate sobre una nueva
política económica ganará actualidad. La victoria de Donald Trump demuestra que
ese debate es posible. Todos los demás están buscando soluciones externas a sus
problemas e ignoran sus cuestiones internas, las causas de la crisis. La
política de la UE es una expansión de su capital hacia el Este; la política de
Rusia es mantener altos los precios de las materias primas y un alto nivel de
exportación de las mismas a China; la política de China es encontrar
inversiones extranjeras para mantener su burbuja industrial. Estas estrategias
no ofrecen ninguna salida a la crisis. Ignoran a los consumidores, a la gente.
Lo único que ofrecen son nuevos créditos, y eso no es ninguna solución.
Vasili Koltashov
(Novosibirsk, 1979) es el director del Centro de Investigación Económica
del Instituto de la Globalización y los Movimientos Sociales (IGSO) de Moscú y
también forma parte del Laboratorio de Política Económica Internacional de la
Universidad Plejánov de Economía.
Fuente:http://www.lamarea.com/2017/01/15/la-situacion-economica-en-rusia-es-establemente-mala/