domingo, 1 de novembro de 2015


Com a Sociologia Política aprendemos que o poder é algo que se realiza sobre alguém, não algo que se possui.
Assim, quando se diz que uma mulher é "poderosa", está-se a dizer que ela exerce o poder sobre alguém.

A questão, assim, é: a mulher poderosa exerce seu poder sobre quem?

Gustavo Biscaia de Lacerda

Síntoma de Poesía para Gloria Kirinus


Si el trueno se llamase seda dejaría de ser trueno
si horror pronunciase con ternura
no espantaría ni olería a penumbra.
Si el pez dejara de ser pez para llamarse roca
no sería la luz del agua
ni delicadeza errante de las olas dormidas,
pero si al hombre lo llamásemos averno, orfandad, desidia
sería la ira, el odio, el olvido
la muerte que convoca la guerra
la falacia de Caín, el genocídio.
Llamémoslo árbol, pájaro,
o tan solo mentémoslo como animal
así su candidez salvaje alegraría la tierra
y sus onomatopeyas colmarían de sonido verde la noche.
Llamémoslo agua, aire o simplemente niño
así su imortal ternura nos legaría dinosaurios azules
demonios cariñosos, alegres lágrimas, enamoradas brujas.
Finalmente, a la humanidad llamémosle Gloria, Gloria Kirinus
porque sua palabra sideral
su rostro que canta y encanta
aviva el síntoma de la poesía.


Rowny Pulgar Noboa.

Unidad en ella




Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
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 Vicente Aleixandre


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