quinta-feira, 11 de março de 2010
Somme 1916
Esta magnifica fotografía muestra claramente el cansancio, las condiciones de vida y como se vivía (malvivía) en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial. La foto esta tomada en 1916 durante la Batalla del Somme y en ella salen hombres de la compañía A del 11º Batallón del Regimiento Cheshire..
fonte: http://www.agaudi.wordpress.com/
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As Portas do Inferno
August Rodin realizo este monumental grupo escultórico a partir de que en 1880 recibió el encargo para el futuro Museo de Artes Decorativas de París. El proyecto quedo cancelado y el escultor estuvo trabajando en esta puerta hasta su muerte en 1917. Mide 6 metros de altura, 4 de ancho y 1 de profundidad y contiene 180 figuras. La iconografía esta basada en la Divina Comedia de Dante y el poema de Baudelaire Las Flores del Mal. Rodin solo realizo una versión en yeso, después de su muerte se realizaron tres copias en bronce que están en diferentes museos. Una obra sencillamente impresionante.
Fonte: http://www.agaudi.wordpress.com/
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Wilfred Owen se alistó como voluntario en 1915, en plena Primera Guerra mundial (Gran Guerra, la llamaban entonces) Después de algunas experiencias en batalla se le diagnostico trastorno de estrés postraumático y se le ingreso en un hospital en Edimburgo. Allí conoció al poeta Siegfried Sasson que le animó y ayudó a escribir su propia poesía. En 1918 volvió al servicio activo siendo muerto menos de una semana antes de que se firmase el armisticio. Owen retrata a la perfección el horror de la guerra, la primera guerra moderna, la primera en utilizar metralletas, cañones de enorme calibre y en abundancia, el uso de la aviación, el uso de gas mostaza, las trincheras inamovibles en una horrible guerra de posicionamiento. Sucia, interminable, pasando hambre, frío y penurias. El titulo de este poema esta sacado de unos versos del poeta latino Horacio. La versión castellana es de Miguel Imbelecio Delatorre.
DULCE ET DECORUM EST.
Torcidos, como viejos mendigos bajo sus hatos,
renqueando, tosiendo como brujas, maldecíamos a través del lodo,
hasta que donde alumbraban las luces de las bengalas nos dimos la vuelta
y hacia nuestra lejana posición empezamos a caminar afanosamente.
Los hombres marchaban dormidos. Muchos habían perdido sus botas
Pero abrumados avanzaban sobre zapatos de sangre. Todos cojos, todos ciegos;
Borrachos de fatiga, sordos incluso al silbido de las balas
Que los cansados cañones de calibre 5.9 disparaban detrás de nosotros.
“¡Gas, gas! ¡Rápido, muchachos!”; un éxtasis de desconcierto,
Poniéndonos los toscos cascos justo a tiempo;
Pero alguien aún estaba gritando y tropezando
Y ardía retorciéndose, como ahogándose en cal viva…
Borroso, a través de los empañados cristales de la máscara y de la tenue luz verde,
Como en un mar verde le vi ahogarse.
En todas mis pesadillas, ante mi impotente mirada,
Se desploma boqueando, agonizando, asfixiándose.
Si en algún sofocante sueño tú también puedes caminar
Tras la carreta en la que lo pusimos,
Y mirar sus blancos ojos moviéndose
En su desmayada cara, como un endemoniado.
Si pudieses escuchar a cada traqueteo
El gorgoteo de la sangre saliendo de sus destrozados pulmones,
Repugnante como el cáncer, nauseabundo como el vómito
De horrorosas, incurables llagas en lenguas inocentes,
Amigo mío, no volverías a decir con ese alto idealismo
A los ardientes jóvenes sedientos de gloria
La vieja mentira: “Dulce et decorum est pro patria mori”.
Wilfred Owen
Los versos de Horacio dicen así:
“DULCE ET DECORUM EST PRO PATRIA MORI:
mors et fugacem persequitur virum
nec parcit imbellis iuventae
poplitibus timidove tergo.”
(DULCE Y HONROSO ES MORIR POR LA PATRIA:
la muerte persigue al hombre que huye
y no perdona de una juventud cobarde
ni las rodillas ni la temerosa espalda)
fonte: http ://www.agaudi.wordpress.com
DULCE ET DECORUM EST.
Torcidos, como viejos mendigos bajo sus hatos,
renqueando, tosiendo como brujas, maldecíamos a través del lodo,
hasta que donde alumbraban las luces de las bengalas nos dimos la vuelta
y hacia nuestra lejana posición empezamos a caminar afanosamente.
Los hombres marchaban dormidos. Muchos habían perdido sus botas
Pero abrumados avanzaban sobre zapatos de sangre. Todos cojos, todos ciegos;
Borrachos de fatiga, sordos incluso al silbido de las balas
Que los cansados cañones de calibre 5.9 disparaban detrás de nosotros.
“¡Gas, gas! ¡Rápido, muchachos!”; un éxtasis de desconcierto,
Poniéndonos los toscos cascos justo a tiempo;
Pero alguien aún estaba gritando y tropezando
Y ardía retorciéndose, como ahogándose en cal viva…
Borroso, a través de los empañados cristales de la máscara y de la tenue luz verde,
Como en un mar verde le vi ahogarse.
En todas mis pesadillas, ante mi impotente mirada,
Se desploma boqueando, agonizando, asfixiándose.
Si en algún sofocante sueño tú también puedes caminar
Tras la carreta en la que lo pusimos,
Y mirar sus blancos ojos moviéndose
En su desmayada cara, como un endemoniado.
Si pudieses escuchar a cada traqueteo
El gorgoteo de la sangre saliendo de sus destrozados pulmones,
Repugnante como el cáncer, nauseabundo como el vómito
De horrorosas, incurables llagas en lenguas inocentes,
Amigo mío, no volverías a decir con ese alto idealismo
A los ardientes jóvenes sedientos de gloria
La vieja mentira: “Dulce et decorum est pro patria mori”.
Wilfred Owen
Los versos de Horacio dicen así:
“DULCE ET DECORUM EST PRO PATRIA MORI:
mors et fugacem persequitur virum
nec parcit imbellis iuventae
poplitibus timidove tergo.”
(DULCE Y HONROSO ES MORIR POR LA PATRIA:
la muerte persigue al hombre que huye
y no perdona de una juventud cobarde
ni las rodillas ni la temerosa espalda)
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vide cor meum
Y pensando en ella,
Me sorprendió un suave sueño
Ego dominus tuus, (Yo soy tu Dios)
Vide cor meum. (Mira tu corazón.)
Y este corazón ardiendo
Cor meum. (Es tu corazón.)
Ella con humildad comía temerosa:
Luego yo lo vi marchar llorando.
La alegría se convertía
en amargo llanto.
Estoy en paz
mi corazón.
Estoy en paz.
Mira mi corazón.
Patrick Cassidy
El irlandés Patrick Cassidy compuso esta maravillosa cancion, Vide Cor Meum, para la pelicula Hannibal, la continuación de El silencio de los corderos. Esta basaba en un soneto que aparece en la primera obra de Dante Alighieri: la Vita Nuova. También suena en otra pelicula de Ridley Scott, El Reino de los Cielos.
fonte :http://agaudi.wordpress.com/
Me sorprendió un suave sueño
Ego dominus tuus, (Yo soy tu Dios)
Vide cor meum. (Mira tu corazón.)
Y este corazón ardiendo
Cor meum. (Es tu corazón.)
Ella con humildad comía temerosa:
Luego yo lo vi marchar llorando.
La alegría se convertía
en amargo llanto.
Estoy en paz
mi corazón.
Estoy en paz.
Mira mi corazón.
Patrick Cassidy
El irlandés Patrick Cassidy compuso esta maravillosa cancion, Vide Cor Meum, para la pelicula Hannibal, la continuación de El silencio de los corderos. Esta basaba en un soneto que aparece en la primera obra de Dante Alighieri: la Vita Nuova. También suena en otra pelicula de Ridley Scott, El Reino de los Cielos.
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Ustedes y nosotros
Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual
ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien
ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud
ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función
ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal
nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar
ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.
Mario Benedetti
Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual
ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien
ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud
ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función
ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal
nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar
ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.
Mario Benedetti
VELETA
Viento del Sur,
moreno, ardiente,
llegas sobre mi carne,
trayéndome semilla
de brillantes
miradas, empapado
de azahares.
Pones roja la luna
y sollozantes
de álamos cautivos, pero vienes
¡demasiado tarde!
¡Ya he enrollado la noche de mi cuento
en el estante!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Aire del Norte,
¡oso blanco del viento!
Llegás sobre mi carne
temboloroso de auroras
boreales,
con tu capa de espectros
capitanes,
y riyéndote a gritos
del Dante.
¡Oh pulidor de estrellas!
Pero vienes
demasiado tarde.
Mi almario está musgoso
y he perdido la llave.
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Brisas, gnomos y vientos
de ninguna parte.
Mosquitos de la rosa
de pétalos pirámides.
Asilios destilados
entre los rudos árboles,
flautas en la tormenta,
¡dejadme!
Tiene recias cadenas
mi recuerdo,
y está cautiva el ave
que dibuja con trinos
la tarde.
Las cosas que se van no vuelven nunca,
todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos
es inútil quejarse.
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
¡Es inútil quejarse!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Federico Garcia Lorca
Viento del Sur,
moreno, ardiente,
llegas sobre mi carne,
trayéndome semilla
de brillantes
miradas, empapado
de azahares.
Pones roja la luna
y sollozantes
de álamos cautivos, pero vienes
¡demasiado tarde!
¡Ya he enrollado la noche de mi cuento
en el estante!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Aire del Norte,
¡oso blanco del viento!
Llegás sobre mi carne
temboloroso de auroras
boreales,
con tu capa de espectros
capitanes,
y riyéndote a gritos
del Dante.
¡Oh pulidor de estrellas!
Pero vienes
demasiado tarde.
Mi almario está musgoso
y he perdido la llave.
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Brisas, gnomos y vientos
de ninguna parte.
Mosquitos de la rosa
de pétalos pirámides.
Asilios destilados
entre los rudos árboles,
flautas en la tormenta,
¡dejadme!
Tiene recias cadenas
mi recuerdo,
y está cautiva el ave
que dibuja con trinos
la tarde.
Las cosas que se van no vuelven nunca,
todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos
es inútil quejarse.
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
¡Es inútil quejarse!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Federico Garcia Lorca
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