Extractado de Discurso y verdad en la antigua Grecia,
conferencias dictadas en la Universidad de Berkeley en 1983, de próxima
aparición (editorial Paidós).
Se dice que alguien utiliza la parresía y merece consideración
como parresiastés sólo si hay un riesgo o un peligro para él en decir la
verdad. Por ejemplo, desde la perspectiva de los antiguos griegos, un profesor
de gramática puede decir la verdad a los niños a los que enseña y, en efecto,
puede no tener ninguna duda de que lo que enseña es cierto: pero, a pesar de
esa coincidencia entre creencia y verdad, no es un parresiastés. Sin embargo,
cuando un filósofo se dirige a un soberano, a un tirano, y le dice que su
tiranía es molesta y desagradable porque la tiranía es incompatible con la
justicia, entonces el filósofo dice la verdad, cree que está diciendo la verdad
y, más aún, también asume un riesgo (ya que el tirano puede enfadarse,
castigarlo, exiliarlo, matarlo).
MICHEL FOUCAULT
Nenhum comentário:
Postar um comentário