"Dije una vez que escribir es una maldición. No me
acuerdo exactamente por qué lo dije. Hoy repito: es una maldición, pero una
maldición que salva. No me estoy refiriendo a escribir para los diarios. Sino a
escribir aquello que eventualmente se puede transformar en un cuento o en una
novela. Es una maldición porque obliga y arrastra como un vicio penoso del cual
es casi imposible librarse, pues nada lo sustituye. Y es una salvación. Salva
el alma presa, salva a la persona que se siente inútil, salva el día que se
vive y que nunca se entiende a menos que escriba. Escribir es buscar entender,
es buscar reproducir lo irreproducible, y sentir hasta las últimas
consecuencias el sentimiento que permanecería apenas vago y sofocante. Escribir
es también bendecir una vida que no fue bendecida."
Isla Negra, 410
Clarice Lispector
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