Al final ya término de llover, solo quedan los charcos producidos, por esta molesta lluvia
Se ha hecho de noche cerrada, hace frio y más que frio esta humedad que se cala en los huesos y por mucho que te abrigues, sigues sintiendo esta temperatura helada
Las calles están solitarias, no se ve a nadie, ni un solo coche, solo la neblina que atenúa las luces que hay en la ciudad,
No sé por dónde podré pasar, ya que todo está encharcado, quizás dando un salto llegue hasta la parte sin agua, probaré. Menos mal, superé el charco, pero ¿qué veo en el portal enfrente mío? Una sombra que se asemeja a una persona, seguro que lo es, ya que veo la chispa del cigarrillo que está fumando, sigo mi camino y sin querer me vuelvo y veo que la persona que estaba en el dintel del portal ha salido y parece que viene hacia mí
Deberé acelerar el paso, no me gusta nada andar por estas calles, en cualquier momento puede salir algún desaprensivo que me robe o ataque, ya que este mundo está lleno de sujetos muy raros que solo aparecen cuando las condiciones les son favorables como ahora, nunca a nocheamargapleno sol siempre buscando la oscuridad para cometer cualquier delito, ya que saben que en esta situación llevan una ventaja importante
Oigo como unos pasos detrás mío, acelero el paso, pero las pisadas también aumentan su ritmo, no quiero correr pero no me gusta nada, el frio que antes sentía ahora recorre mi espina dorsal, noto que está cada vez más cerca, me pararé y le plantaré cara, aunque ya tengo mis años, aún conservo mucha de mi potencia, no me acobardará si solo es una persona
El dueño de las pisadas esta frente a mí, es un sujeto con aspecto poco recomendable, mas bien no es de fiar, va con vestimenta muy ajada y su cabellera se junta con una poblada barba, huele a alcohol, tiende su mano mugrienta hacia mí con algo oscuro en ella, no vislumbro qué es, temo lo peor.
No me dice nada está parado frente a mí y yo le pregunto:
-¿Qué quiere? ¿Por qué me sigue? No llevo nada de valor.
- Lo que quiero es…
- Lo que sea, no se lo voy dar, déjeme en paz o gritaré.
- No lo haga, no ganará nada, estamos solos.
- Pues dígame qué quiere de una vez.
- Devolverle su cartera, que se le cayó cuando saltó el charco.
Me quedó un sentimiento de vergüenza, quiero recompensarlo, pero ya no está se ha marchado.
Magi Balsells© Catalã
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