La mañana, la rutina y el lavado de los dientes.
Las calcetas que combinen con la ropa y lo negro del zapato.
Desayuno con un jugo de naranja
y las prisas …y las prisas.
Ir corriendo a esperar la pasada de autobuses.
Descender en la parada de las Cruces
Caminar entre mezcla de sonidos
que provienen de los coches y la gente.
Saludar a un portero que parece siempre triste
Sonreír al pasar junto al gerente.
Admirar de reojo esas formas de Celeste
y desear que alguna vez ese cielo nos acepte.
Escritorio, los papeles, la pantalla,
la sonrisa a los clientes…
Lo de siempre, lo de siempre
y la vida esperando que comience.
Guzmàn Lavenant
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