quarta-feira, 19 de setembro de 2018


No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exhibición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado ?

¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...

¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!”... y a los pocos segundos ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes, la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo©

Espantapájaros




volarNo se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exhibición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus en celos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?

¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...

¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡M aría Luisa! ¡María Luisa!”... y a los pocos segundos ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes, la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y p or más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo©



Preguntitas sobre Dios



Chavela Vargas

Un día yo pregunté:
¿Abuelo, dónde esta Dios?
Mi abuelo se puso triste,
y nada me respondió.

Mi abuelo murió en los campos,
sin rezo ni confesión.
Y lo enterraron los indios
flauta de caña y tambor.

Al tiempo yo pregunté:
¿Padre, qué sabes de Dios?
Mi padre se puso serio
y nada me respondió.

Mi padre murió en la mina
sin doctor ni protección.
¡Color de sangre minera
tiene el oro del patrón!

Mi hermano vive en los montes
y no conoce una flor.
Sudor, malaria y serpientes,
es la vida del leñador.

Y que naide le pregunte
si sabe dónde esta Dios:
Por su casa no ha pasado
tan importante señor.

Yo canto por los caminos,
y cuando estoy en prisión,
oigo las voces del pueblo
que canta mejor que yo.

Hay un asunto en la tierra
más importante que Dios
es que naide escupa sangre
pa’ que otro viva mejor.

¿Qué Dios vela por los pobres?
Tal vez sí, y tal vez no.
Pero es seguro que  almuerza
en la mesa del patrón.

Atahualpa Yupanqui©

Selección de Microrelatos



by Juan Zapato

“MALA SUERTE”

Chang Tzu nos habla de un hombre tenaz que, al cabo de tres ímprobos años, dominó el arte de matar dragones y que en el resto de sus días no dio con una sola oportunidad de ejercerlo.

Jorge Luis Borges

“IRREBATIBLE”

Nuestro Profeta, ¡sean con él la paz y la plegaria!, dijo: "El verdadero sabio es el que prefiere las cosas inmortales a las perecederas." Y se cuenta que el asceta Sabet lloró tanto, que se le enfermaron los ojos. Entonces llamaron a un médico, y le dijo: "No puedo curarte, como no me prometas una cosa". Y el asceta preguntó: "¿Qué cosa he de prometerte?" Y dijo el médico: "¡Que dejarás de llorar!" Pero el asceta repuso: "¿y para qué me servirán los ojos si ya no llorara?"

Las mil y una noche

“LA CREACIÓN DE EVA”

Adán se sintió invadido por un profundo sopor.
Y durmió. Durmió largamente, sin soñar nada.
Fue un largo viaje en la oscuridad. Cuando despertó.
Le dolía el costado y comenzó su sueño.

Álvaro Menén

“EL CASTILLO”

Así, llegó a un inmenso castillo, en cuyo frontispicio estaba grabado: "A nadie pertenezco, y a todos; antes de entrar, ya estabas aquí; quedaras aquí, cuando salgas."

Diderot

“LOT”

-¡Que tedio puede llegar a padecerse al lado de un justo!
Todos se divierten en Sodoma, menos en esta familia
En la que tanto se teme al pecado-. Y exasperada
La mujer de Lot prosiguió su soliloquio:
-¿Es que nada vendrá a darle sabor a mi vida?

Olga Harmony

“EL ENIGMA”

El gran mago planteó esta cuestión:

—¿Cuál es, de todas las cosas del mundo, la más larga y la más corta, la más rápida y la más lenta, la más divisible y la más extensa, la más abandonada y la más añorada, sin la cual nada se puede hacer, devora todo lo que es pequeño y vivifica todo lo que es grande?

Le tocaba hablar a Itobad. Contestó que un hombre como él no entendía nada de enigmas y que era suficiente con haber vencido a golpe de lanza. Unos dijeron que la solución del enigma era la fortuna, otros la tierra, otros la luz. Zadig consideró que era el tiempo.

-Nada es más largo, agregó, ya que es la medida de la eternidad; nada es más breve ya que nunca alcanza para dar fin a nuestros proyectos; nada es más lento para el que espera; nada es más rápido para el que goza. Se extiende hasta lo infinito, y hasta lo infinito se subdivide; todos los hombres le descuidan y lamentan su pérdida; nada se hace sin él; hace olvidar todo lo que es indigno de la posteridad, e inmortaliza las grandes cosas.

Voltaire

“LA INCRÉDULA”

Sin mujer a mi costado y con la excitación de deseos acuciosos y perentorios, arribé a un sueño obseso. En él se me apareció una, dispuesta a la complacencia. Estaba tan pródigo, queme pasé en su compañía de la hora nona a la hora sexta, cuando el canto del gallo. Abrí luego los ojos y ella misma, a mi diestra, con sonrisa benévola, me incitó a que la tomara. Le expliqué, con sorprendida y agotada excusa, que ya lo había hecho.

—Lo sé —respondió—, pero quiero estar cierta.

Yo no hice caso a su reclamo y volví a dormirme,profundamente, para no caer en una tentación irregular y quizás ya innecesaria.

Edmundo Valadés

“HUMOR NEGRO”

"… y luego había el niño de 9 años que mato a sus padres
y le pidió al juez clemencia por que él era un huérfano."

Carlos Monsivaís

“LA VENIA”

Una dama de calidad, se enamoró con tanto frenesí
De un tal señor Dood, predicador Puritano, que rogó
A su marido que les permitiera usar de la cama, para
Procrear un ángel o un santo. Pero
Concedida la venia, el parto fue normal.

Drummond

“PRECISO”

Un hombre, al pasar ante una cantera, vio a tres operarios labrando la piedra. Preguntó al primero:
—¿Qué hace?
—Ya ve, cortando estas piedras. El segundo le dijo:
—Preparo una piedra angular.
El tercero se limitó a decir impávido.
—Construyo una catedral.

Hernando Pacheco

“ILUSIÓN”

El hombre de un momento pretérito ha vivido, pero no vive ni vivirá; el hombre de un momento futuro vivirá, pero no ha vivido ni vive; el hombre del presente vive, pero no ha vivido ni vivirá.

ElVisud dhimagga

Nombrando al mar



En el istmo de hielo
Y opuesta a tal tributo, corté de mí una parte castigada
frente a mi corazón, opuesto, otro corazón
cuyo nombre designa a la gracia inefable.
los ojos rebosando
di gracias a Dios pues todo tiene dos ojos y un aliento.
“Oh esclavo, sólo a mi perteneces y esta será tu existencia”
“Oh esclavo, la ausencia y el aliento son como dos caballos de carrera”
“Oh esclavo, el alma y la visión son compañeros inseparables”

Bailé ante el despojo de lo arrancado
y que en mi se había convertido,
tu eres mi otredad
Él, el otro
en mí la intimidad sacrificada
en la cabeza un rumor y el canto de un pájaro
nos convertimos en los gemelos solares, yo y otra vez yo
De mí surgida, posó ella su cabeza al pie del altar
Yo y mi opuesta convertida en ella.
ofrecida al sol de la otra muerte
sobre un altar hecho del cuerpo de una mujer que exhala en éxtasis
y en su piel tatuada, la imagen de los gemelos solares
nacidos de la leche según cuentan
Mas luego abandonados al odio de los hombres, a la pesadilla
de los palacios.
he dormido en mi segunda muerte
partí otra vez para Andalucía
hasta los antiguos años
que puse en una rebanada de pan caliente
y vi la playa de piedra
y el mal que se expande por la tierra
y el desierto imposible
de ti huyendo,
volviendo a ti pero alejándome, apoyada en la sombra
y las gotas de agua fijadas en mi pierna
¿Has contemplado la galaxia?
En el cielo hay nombres que brillan en la órbita
y tu nombre se adhiere a la profundidad del fuego
para que de mi por segunda vez yo nazca,
aquí sacrificado está el despojo
que mi madre arrancó de mi matriz
y el mundo entero se vuelve un caldero rebosante
donde todo lo cuezo, dos, dos,
dos son los gemelos solares.
desde entonces, ¿De quién es el poder
que te salva del escalofrío
del rechinar de dientes
de los caprichos del día?
Me acordaré de Andalucía
me acordaré del balcón al que subí
de las casas en que estuve,
de las huellas que seguía,
del espíritu que sobrevoló el lugar
en el que se dibujaba un hogar abandonado
y todo el mar mirando.
aquél despojo que era ciertamente mío,
míralo, al sol expuesto
ofrenda envuelta en una piel,
tatuada con la imagen de los gemelos solares
Me acordaré de las pitas,
el mástil de su inflorescencia encantada
orillando el camino
enfrente, la nocturna grandeza iluminada
la vuelta, la espiral, la sumisión,
la mano, ambas manos, el pie, los pies
y correr tras el aliento, la saliva,
los restos de alimento y las últimas gotas de leche
de otra que yo fui
El balcón colgante y las cosas del pasado son un muro y dos muros
tras el desmayo fui reanimada por un líquido maravilloso
La leche de almendra me llevó a la playa de los peces
se dispusieron las mesas y el propio santo tomó la parrilla
Dejamos la locura en un estuche
y el crimen en un cofre con mil llaves
y llegó el alimento
para que te nutrieras
El vino para alterarme y en el susurro
Te oigo
Ansiosa bebí el vino
y me nutrí de tu alimento
Blanco era el pescado y denso
sin embargo denso y a la vez blanco
El olvido tal seda cuyos pliegues yo plisaba
Tocándola en secreto, en momentos conocidos
parada ante la flor, icono,
o plegaria de aquella que,
engañada,
abandonada quedó a su suerte.

Safaa Fathy©

Nació en Egipto en 1958, y vive en Francia desde 1981 Escritora de obras de teatro y poemarios, traductora de prosa y textos teóricos. Estudió la Licenciatura en Letras Inglesas en la Universidad de Minia, se diplomó en estudios teatrales en la Universidad de París VIII (St. Denis) y después se doctoró en Letras en la Sorbona, Universidad de Paris IV. Trabajó en el Departamento de Lenguas y Culturas aplicadas de la Universidad de Marne la Vallée, en Francia.

               

Confidencia


 Es contar a alguien, a propósito de uno mismo (sin lo cual ya no sería confidencia, sino indiscreción), lo que no se contaría a cualquiera: prueba de confianza, de amor o de intimidad. Se distingue de la declaración, porque no supone ninguna culpabilidad. De la confesión, porque no espera ningún perdón. Es la manera de hablar privilegiada de los amigos, que se aman demasiado para juzgarse.

André Comte-Sponville©

La tierra natal


Ana Akhmatova

by Juan Zapato

No la llevamos en oscuros amuletos,
ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
no perturba nuestro amargo sueño,
ni nos parece el paraíso prometido.
En nuestra alma no la convertimos
en objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
ni siquiera la recordamos.

Sí, para nosotros es tierra en los zapatos.
Sí, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamos
esa tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella,
y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.

Ana Akhmatova©

Rusia – 1889 – 1966. Ana Andreyevna Gorenko cambió su nombre de familia (Anna Andreievna Gorenko) cuando empezó a escribir y tomó de sus ancestros maternos el de Ajmátova, descendientes al parecer del Khan Ajmat, el último príncipe tártaro de la Horda de Oro. Esta fantasía genealógica coincide con el fondo indómito, áspero y apasionado de su temperamento. Pero su formación, como todo poeta ruso, la recibe de Pushkin: esa escuela de sobria alegría, elegancia y humanidad. Si a esta primera y doble vertiente de su sensibilidad añadimos la resonancia grave y melancólica de los versos de Blok y de Annensky, la huella dostoyevskiana de la prosa rusa del siglo XIX y la clásica claridad de los acmeístas, tendremos una imagen del linaje poético de “Ana de todas las Rusias”.

Su nombre es inseparable del de Osip Mandelstam, lo cual basta para saber que ella forma parte de las constelación mayor de la poesía de todas las épocas".

Junto a Mandelstam encabezó el acmeísmo, movimiento artístico de principios del siglo XX que, en oposición al simbolismo, preconizaba el uso de un lenguaje poético que contuviera significados exactos. Las primeras composiciones líricas de Ajmátova, Atardecer (1912) y El rosario (1914) utilizan imágenes concretas para presentar detalles íntimos. Las obras posteriores, como Anno domini MXMXXI (1922 ), introdujeron temas patrióticos, pero no apaciguaron a los críticos soviéticos, que consideraban a los acmeístas demasiado personalistas. No volvió a publicar más poemas hasta 1940, fecha de publicación de Iva (Sauce). Su poema Requiem (1935-1940) no se publicó en la antigua URSS hasta 1987, ya que por su temática, una elegía por los prisioneros de Stalin, fue considerado demasiado polémico. Sin embargo, durante la última década de su vida escribió varios poemas caracterizados por la gran belleza de su imaginería visual. Entre ellos está su autobiográfico Poema sin héroe (1962).


               

Sobre el Arte


Laura Delgado

by Juan Zapato

“El amor, como el arte no tiene límites en sí mismo, pero encuentra en el hombre grados infinitos. Siempre la elección, la búsqueda: allí está el campo de batalla de las fuerzas... Es porque la elección es la ley de la vida, y cuanto más grande es el espíritu del hombre, más libertad de acción tiene y más está en condiciones de dirigirla a su voluntad.”  Bourdelle

lauradelgadoEn la actualidad, atendemos a un creciente enceguecimiento cuyo objetivo final parece ser la industrialización de la “no mirada”. Detenerse a contemplar, parece hoy una experiencia inhóspita a la que solo algunos arriesgados se animan a adentrarse.
En los tiempos que corren, se manifiesta una prioridad de la llegada por sobre la del trayecto, donde el tiempo se reduce a la nada y nos coloca en un vacío sideral.

En este contexto sociocultural, mi  trabajo diario  se dirige a una revalorización de la mirada, del silencio elocuente, de la contemplación gozosa, de la reflexión posterior…

El artista es un investigador cuyo camino lo obliga a mirarse a sí mismo para indagar en la verdad de las cosas. Es un deseo inagotable el motor que empuja diariamente a atacar las mismas angustias y movilizar el trabajo que inevitablemente deviene luego en epifanías plásticas.

Ensayo y error constante, encuentro lúdico con el material, resistencia del soporte, intuición, conocimiento, y por qué no, una curiosidad inocente y hasta ingenua, son algunas de las sensaciones que advierte el artista a la hora del trabajo. Cada vez, como si fuera la primera, el encuentro con la tela en blanco abre paso a la expectativa, la incertidumbre y la angustia. Este silencio previo, de absoluta y cruda soledad preanuncia la insipiente batalla. Horas después, la contienda se desarrolla entre manchas, gestos y estudios compositivos que evidencian la tensión reinante. Median la metáfora, la búsqueda del nudo poético, la omisión de lo obvio frente a la aparición de lo esencial y la sorpresa frente al proceso creativo.

Claramente, la tela ya no será la misma que al comienzo y en esta metamorfosis  inevitable, muta también el artista.

Tras las puertas del taller la obra espera ser contemplada,  y ya autónoma,  se expone frente a ojos ajenos para completar el ciclo necesario. Es allí donde se cierra el proceso y comienza lo que será el silencio del espectador, la contemplación y su  consecuente introspección.

El arte no debe responder a elites de privilegio o volverse inentendible; lejos de las modas actuales que estimulan esto, entiendo que un pueblo sin cultura es un pueblo sin proyecciones futuras que limita su desarrollo y potencial. Y que el Arte es la expresión universal del hombre, que desde tiempos remotos, lo ha acompañado a lo largo de la historia.
Mi deseo se hace causa promoviendo el enriquecimiento interior, fomentando la escucha y la mirada, abriendo a la emoción y aspirando, desde el saber, a una mayor libertad individual y colectiva.


               

Boceto de Ingmar Bergman



Bergman decía
sé como levantarme en las mañanas
cómo lavarme el rostro
cómo vestirme para salir al día
sé cómo cepillarme los dientes
cómo peinarme
cómo tomar café
sé cómo dirigir a mis actores
cómo marcar una secuencia
encuadrar una toma
pero no sé qué hacer con Dios
Bergman decía
no sé dónde guardarlo
no cabe en mis almuerzos
en ningún sitio cabe
decía Bergman
me duele la cabeza
decía
entonces la miraba a Liv Ullmann
y filmaba el infierno.

Adrián Desiderato©



Penúltimo piso


Joseph Brodsky

by Juan Zapato

Предпоследний этаж
раньше чувствует тьму,
чем окрестный пейзаж;
я тебя обниму
и закутаю в плащ,
потому что в окне
дождь - заведомый плач
по тебе и по мне.

Нам пора уходить.
Рассекает стекло
серебристая нить.
Навсегда истекло
наше время давно.
Переменим режим.
Дальше жить суждено
по брегетам чужим

Penúltimo piso
siente la oscuridad antes
que el paisaje de los alrededores;
te abrazaré,
te envolveré con mi capa,
porque en la ventana
la lluvia llora - indudablemente
por ti y por mí.

Es hora de partir.
El hilo plateado
corta el cristal.
Hace mucho se cumplió
para siempre nuestro tiempo.
Cambiaremos nuestras reglas
predestinados a vivir
bajo tiempos ajenos.

Joseph Brodsky©

Versión de Natalia Litvinova© http://animalesenbruto.blogspot.com 

“Insultos”


Arturo Ortega Morán

by Juan Zapato

insultoCuando estamos enojados, cualquier palabra puede convertirse en insulto, basta con  llenarla de esa carga emocional  que nos invade. No obstante, hay algunas palabras que por sí mismas han ido formando lo que podemos llamar: nuestr o catálogo de insultos. Son voces a las que hemos endurecido y, en muchos casos, las hemos alejado de su origen  inocente.  Revisemos algunas de ellas:

Cuando alguna vez te digan que eres un pelafustán, es bueno saber que el insulto tiene origen en el fustán, un tipo de tela pachoncito al que,  algunos desocupados, encontraban divertido dedicarse a arrancarle la lanosidad, de ahí que a estos tipos ociosos, sin oficio ni beneficio los llamaran pelafustanes.

Idiota, es otra palabra que usamos para insultar. La usamos para referirnos a alguien de corto entendimiento. Lo curioso es que en su origen griego, un idiota era alguien que no se metía en cuestiones públicas. La raíz idios, en esta lengua tiene el sentido de propio, aislado. Palabras emparentadas son idioma (que significa lenguaje propio), y también idiosincrasia (temperamento propio de un grupo o persona). Por suponer que el aislamiento nos deja al margen del conocimiento, idiota pasó a significar ignorante; sentido que aún se encuentra en el lenguaje médico cuando se habla de una enfermedad idiopática, es decir, que no se sabe que la ocasiona. Del concepto de ignorancia, no fue difícil pasar al de deficiencia mental, y de ahí al catálogo de insultos.

Imbécil, otra palabra de curiosa evolución. Aunque hoy también tiene el sentido de escases de inteligencia, es muy significativo que su raíz latina sea imbecillis formada de im (dentro) y bacillus (bastoncillo). De modo que, literalmente podemos entender la palabra como “embastonado”. El sentido que le daban los romanos a la palabra era de ´debilidad física´ por la necesidad de apoyarse en un bastón. De este concepto, se pasó al de debilidad mental, convirtiéndose también en insulto.

Para insultar también usamos estúpido; palabra que tiene origen en la voz latina stupeo que encerraba el concepto de “atónito, pasmado”. Otras palabras con el mismo origen son: estupor, estupendo y estupefacto; pero por esas cosas raras del lenguaje sólo estúpido mutó su significado, pasando de asombro a cortedad intelectual quedando inscrito en el catálogo de insultos.

Para  terminar, es de interés saber que la voz insulto tiene origen en el latín insultare, que se forma de in y saltare; de modo que el sentido implícito es “echarse encima”, lo que resulta muy apropiado ¿no cree usted?

Arturo Ortega Morán©


Me llamo barro aunque Miguel me llame.


Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.

Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro desplegada.

Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser criatura idolatrada
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores.

Coloco relicarios de mi especie
a tu talón mordiente, a tu pisada,
y siempre a tu pisada me adelanto
para que tu impasible pie desprecie
todo el amor que hacia tu pie levanto.

Más mojado que el rostro de mi llanto,
cuando el vidrio lanar del hielo bala,
cuando el invi erno tu ventana cierra
bajo a tus pies un gavilán de ala,
de ala manchada y corazón de tierra.
Bajo a tus pies un ramo derretido
de humilde miel pataleada y sola,
un despreciado corazón caído
en forma de alga y en figura de ola.

Barro en vano me invisto de amapola,
barro en vano vertiendo voy mis brazos,
barro en vano te muerdo los talones,
dándote a malheridos aletazos
sapos como convulsos corazones.

Apenas si me pisas, si me pones
la imagen de tu huella sobre encima,
se despedaza y rompe la armadura
de arrope bipartido que me ciñe la boca
en carne viva y pura,
pidiéndote a pedazos que la oprima
siempre tu pie de liebre libre y loca.

Su taciturna nata se arracima,
los sollozos agitan su arboleda
de lana cerebral bajo tu paso.

Y pasas, y se queda
incendiando su cera de invierno ante el ocaso,
mártir, alhaja y p asto de la rueda.
Harto de someterse a los puñales
circulantes del carro y la pezuña,
teme del barro un parto de animales
de corrosiva piel y vengativa uña.

Teme que el barro crezca en un momento,
teme que crezca y suba y cubra tierna,
tierna y celosamente
tu tobillo de junco, mi tormento,
teme que inunde el nardo de tu pierna
y crezca más y ascienda hasta tu frente.

Teme que se levante huracanado
del blando territorio del invierno
y estalle y truene y caiga diluviado
sobre tu sangre duramente tierno.

Teme un asalto de ofendida espuma
y teme un amoroso cataclismo.

Antes que la sequía lo consuma
el barro ha de volverte de lo mismo.

Miguel Hernández© 


Fuente: http://aracelifoto.blogspot.com/2011/05/micky-molina.html