Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para la bandada
de los que se amoldan a todo
con tal que no les falte de nada.
Tiempos fabulosos,
fabulosos para sacar tajada
de desastres consentidos
y catástrofes provocadas.
Tiempos como nunca
para la chapuza,
el crimen impune
y la caza de brujas.
Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para equilibristas,
para prestidigitadores
y para sadomasoquistas.
Y silenciosa
la mayoría,
aguantando el chaparrón
al pie de un cañón
de papel maché,
come el pan nuestro
de cada día
con un culo así
contra la pared.
Llorando en el mar
viéndolas venir,
viéndolas pasar,
pasar,
pasar.
Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para esos caballeros
locos por salvarnos la vida
a costa de cortarnos el cuello.
Tiempos fabulosos
fabulosos para plañideras,
charlatanes visionarios
y vírgenes milagreras.
Tiempos como nunca
para echarle morro
o sacar coraje
y pedir socorro.
Corren buenos tiempos,
buenos tiempos preferentemente
para los de toda la vida
para los mismos de siempre.
Para los mismos de siempre.
Siempre.
Siempre.
J. M Serrat