quinta-feira, 8 de janeiro de 2015

Ondas extremistas espalham o sangue no envelhecido continente

Depois da passeata da direita alemã em Berlin contra a imigração e a "islamização " da Europa ,um atentado extremista de  fundamentalistas ( a al qaida e o ei disputam a responsabilidade pelo crime em Paris ).Resulta em vendetta contra estabelecimentos de árabes magrebinos em outras cidades da França. A instrumentalização politica do ódio tanto por apoiadores da direita xenofoba e islamofobica européia quanto os corvos que foram alimentados pelos Estados Unidos e Arábia Saudita (Al Qaida e Estado Islamico ) é oportuno aos interesses fascistas europeus, a todo o estado que reprime as minorias, que ocupa terras e faz indistinta e impunemente o terrorismo de estado. O que os extremistas querem é semear a confusão, o ódio é matar a convivência, a alteridade , o respeito a dignidade do outro. é matar no caso da França o tênue e frágil equilíbrio entre a multiculturalidade étnica, a integração do diferente que presa o que mantem coesa  sua identidade cultural a religião que dá sentido e  pertencimento a uma tradição, história e destino comum diante do radicalismo laico e republicano francês.


Os infames criminosos mataram um policial de Nome Ahmed quando invadiram o Pasquim (não no sentido depreciativo do termo pasquim mas emprestando o nome de um combativo jornal brasileiro )satírico . Estabelecimentos de árabes foram atacados em retaliação.Por que essas noticias também não ganharam o mesmo tempo na televisão. As corporações de mídia centraram  suas lentes no sangue de seus colegas de profissão.E esqueceram de ampliar o foco para dar mais profundidade e contexto ao ataque terrorista. Foi apenas a vingança de fanáticos religiosos ?Não analisaram a reação a seu ato ?Por que escolheram atacar depois das passeatas em Berlim contra os imigrantes muçulmanos ?

Corre-se o risco de usarem  o atentado criminoso contra o jornal como instrumento de propaganda contra muçulmanos por parte da direita xenófoba européia , o que seria um crime post mortem contra a memória daqueles que se posicionaram contra as perseguições de toda ordem , embora sendo causticamente laico era acima de tudo republicano e de esquerda.

Wilson Roberto Nogueira Jr


Se os terroristas contribuem para a islamofobia, eles também.



Adriano Codato____________Em protesto contra esses fanáticos, proponho publicarmos uma charge por dia sobre religião e profetas!

Em protesto contra esses fanáticos, proponho publicarmos uma charge por dia sobre religião e profetas!

Fernando Baptista Leite__________ Quanto etnocentrismo!!! Viva a pluralidade.

Joao Feres Jr__________________. Sei não, sou muito irreligioso, mas essa coisa de ficar tirando o sarro da religião de uma minoria fodida e oprimida, como é o caso dos muçulmanos na França, não é coisa de gente de esquerda.

Ellen Da Silva__________________ Só porque não arranca cabeça pode arrancar humanidade?

Rafael Wowk__________________ Ellen, há outras formas de desumanizar, mas de matar não. Liberdade de expressão é um valor ocidental, eu não gostaria de impô-lo em outros países, mas onde ele existe, deve ser respeitado. Não há justificativa para terrorismo, e tiros de AK-47 não são toleráveis.Rafael Wowk Fernando, é isso que arrisca acontecer... E ninguém nisso está "certo"...

Ellen Da Silva____________ Lúcido Rafael. Concordo contigo. Só acho Fernando que quando você faz essas leituras do tipo "os muçulmano fodido preferiram ser fodidos na França do que das bodegas que vieram" abre-se a porteira pra uma xenofobia e desumanização do individuo tão cruel que não mata o corpo, mas faz a vida bem miserável. E combinemos que espera-se mais de quem se auto-declara civilização não é mesmo?

Adriano Codato____________ Para mim não se trata de um grito de liberdade de oprimidos, fodidos e pobres. Mas da ação direta, terrorista, de um punhado de fanáticos religiosos que acham que podem impor à força sua superstição ao mundo, suas regras, seus mitos. E dizer a todos como devemos viver.

João Joao Feres Jr.___________ discordo de você. Acho que nessa hora ser de esquerda é defender os valores do liberalismo político. 

Adriano Codato_______________Além disso, como alguém lembrou, terroristas fodem com os muçulmanos fodidos de verdade: imagine você ser muçulmano hoje em Paris, morador de periferia, trabalhador e religioso (mas não fundamentalista). Grande serviço para esse povo o desses caras.

Joao Feres Jr________________. Não vou defender os terroristas, mas também não defendo esse tipo de "liberdade de imprensa" praticada pelos cartunistas do Hebdo, é arrogante, etnocêntrica pra caralho e desrespeitosa. Se os terroristas contribuem para a islamofobia, eles também.


Año nuevo


Rubén Darío

A J. Piquet


A las doce de la noche por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra, hecho cual si fuese para
Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.

Va el pontífice hacia Oriente ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.

A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno,
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.
Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljibas, cada año, para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.

Alredor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.
San Silvestre bajo el palio de un zodiaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes
Inmortales.

Reza el santo y pontifica; y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo; y su brazo abarca el arco
y el Arquero.


Biblioteca Digital Ciudad Seva

Cuento de Nochebuena



Rubén Darío

El hermano Longinos de Santa María era la perla del convento. Perla es decir poco, para el caso; era un estuche, una riqueza, un algo incomparable e inencontrable: lo mismo ayudaba al docto fray Benito en sus copias, distinguiéndose en ornar de mayúsculas los manuscritos, como en la cocina hacía exhalar suaves olores a la fritanga permitida después del tiempo de ayuno; así servía de sacristán, como cultivaba las legumbres del huerto; y en maitines o vísperas, su hermosa voz de sochantre resonaba armoniosamente bajo la techumbre de la capilla. Mas su mayor mérito consistía en su maravilloso don musical; en sus manos, en sus ilustres manos de organista. Ninguno entre toda la comunidad conocía como él aquel sonoro instrumento del cual hacía brotar las notas como bandadas de aves melodiosas; ninguno como él acompañaba, como poseído por un celestial espíritu, las prosas y los himnos, y las voces sagradas del canto llano. Su eminencia el cardenal -que había visitado el convento en un día inolvidable- había bendecido al hermano, primero, abrazádole enseguida, y por último díchole una elogiosa frase latina, después de oírle tocar. Todo lo que en el hermano Longinos resaltaba, estaba iluminado por la más amable sencillez y la más inocente alegría. Cuando estaba en alguna labor, tenía siempre un himno en los labios, como sus hermanos los pajaritos de Dios. Y cuando volvía, con su alforja llena de limosnas, taloneando a la borrica, sudoroso bajo el sol, en su cara se veía un tan dulce resplandor de jovialidad, que los campesinos salían a las puertas de sus casas, saludándole, llamándole hacia ellos: "¡Eh!, venid acá, hermano Longinos, y tomaréis un buen vaso..." Su cara la podéis ver en una tabla que se conserva en la abadía; bajo una frente noble dos ojos humildes y oscuros, la nariz un tantico levantada, en una ingenua expresión de picardía infantil, y en la boca entreabierta, la más bondadosa de las sonrisas.
Avino, pues, que un día de Navidad, Longinos fuese a la próxima aldea...; pero ¿no os he dicho nada del convento? El cual estaba situado cerca de una aldea de labradores, no muy distante de una vasta floresta, en donde, antes de la fundación del monasterio, había cenáculos de hechiceros, reuniones de hadas, y de silfos, y otras tantas cosas que favorece el poder del Bajísimo, de quien Dios nos guarde. Los vientos del cielo llevaban desde el santo edificio monacal, en la quietud de las noches o en los serenos crepúsculos, ecos misteriosos, grandes temblores sonoros..., era el órgano de Longinos que acompañando la voz de sus hermanos en Cristo, lanzaba sus clamores benditos. Fue, pues, en un día de Navidad, y en la aldea, cuando el buen hermano se dio una palmada en la frente y exclamó, lleno de susto, impulsando a su caballería paciente y filosófica:

-¡Desgraciado de mí! ¡Si mereceré triplicar los cilicios y ponerme por toda la viada a pan y agua! ¡Cómo estarán aguardándome en el monasterio!

Era ya entrada la noche, y el religioso, después de santiguarse, se encaminó por la vía de su convento. Las sombras invadieron la Tierra. No se veía ya el villorrio; y la montaña, negra en medio de la noche, se veía semejante a una titánica fortaleza en que habitasen gigantes y demonios.

Y fue el caso que Longinos, anda que te anda, pater y ave tras pater y ave, advirtió con sorpresa que la senda que seguía la pollina no era la misma de siempre. Con lágrimas en los ojos alzó estos al cielo, pidiéndole misericordia al Todopoderoso, cuando percibió en la oscuridad del firmamento una hermosa estrella, una hermosa estrella de color de oro, que caminaba junto con él, enviando a la tierra un delicado chorro de luz que servía de guía y de antorcha. Diole gracias al Señor por aquella maravilla, y a poco trecho, como en otro tiempo la del profeta Balaam, su cabalgadura se resistió a seguir adelante, y le dijo con clara voz de hombre mortal: 'Considérate feliz, hermano Longinos, pues por tus virtudes has sido señalado para un premio portentoso.' No bien había acabado de oír esto, cuando sintió un ruido, y una oleada de exquisitos aromas. Y vio venir por el mismo camino que él seguía, y guiados por la estrella que él acababa de admirar, a tres señores espléndidamente ataviados. Todos tres tenían porte e insignias reales. El delantero era rubio como el ángel Azrael; su cabellera larga se esparcía sobre sus hombros, bajo una mitra de oro constelada de piedras preciosas; su barba entretejida con perlas e hilos de oro resplandecía sobre su pecho; iba cubierto con un manto en donde estaban bordados, de riquísima manera, aves peregrinas y signos del zodiaco. Era el rey Gaspar, caballero en un bello caballo blanco. El otro, de cabellera negra, ojos también negros y profundamente brillantes, rostro semejante a los que se ven en los bajos relieves asirios, ceñía su frente con una magnífica diadema, vestía vestidos de incalculable precio, era un tanto viejo, y hubiérase dicho de él, con sólo mirarle, ser el monarca de un país misterioso y opulento, del centro de la tierra de Asia. Era el rey Baltasar y llevaba un collar de gemas cabalístico que terminaba en un sol de fuegos de diamantes. Iba sobre un camello caparazonado y adornado al modo de Oriente. El tercero era de rostro negro y miraba con singular aire de majestad; formábanle un resplandor los rubíes y esmeraldas de su turbante. Como el más soberbio príncipe de un cuento, iba en una labrada silla de marfil y oro sobre un elefante. Era el rey Melchor. Pasaron sus majestades y tras el elefante del rey Melchor, con un no usado trotecito, la borrica del hermano Longinos, quien, lleno de mística complacencia, desgranaba las cuentas de su largo rosario.

Y sucedió que -tal como en los días del cruel Herodes- los tres coronados magos, guiados por la estrella divina, llegaron a un pesebre, en donde, como lo pintan los pintores, estaba la reina María, el santo señor José y el Dios recién nacido. Y cerca, la mula y el buey, que entibian con el calor sano de su aliento el aire frío de la noche. Baltasar, postrado, descorrió junto al niño un saco de perlas y de piedras preciosas y de polvo de oro; Gaspar en jarras doradas ofreció los más raros ungüentos; Melchor hizo su ofrenda de incienso, de marfiles y de diamantes...

Entonces, desde el fondo de su corazón, Longinos, el buen hermano Longinos, dijo al niño que sonreía:

-Señor, yo soy un pobre siervo tuyo que en su convento te sirve como puede. ¿Qué te voy a ofrecer yo, triste de mí? ¿Qué riquezas tengo, qué perfumes, qué perlas y qué diamantes? Toma, señor, mis lágrimas y mis oraciones, que es todo lo que puedo ofrendarte.

Y he aquí que los reyes de Oriente vieron brotar de los labios de Longinos las rosas de sus oraciones, cuyo olor superaba a todos los ungüentos y resinas; y caer de sus ojos copiosísimas lágrimas que se convertían en los más radiosos diamantes por obra de la superior magia del amor y de la fe; todo esto en tanto que se oía el eco de un coro de pastores en la tierra y la melodía de un coro de ángeles sobre el techo del pesebre.

Entre tanto, en el convento había la mayor desolación. Era llegada la hora del oficio. La nave de la capilla estaba iluminada por las llamas de los cirios. El abad estaba en su sitial, afligido, con su capa de ceremonia. Los frailes, la comunidad entera, se miraban con sorprendida tristeza. ¿Qué desgracia habrá acontecido al buen hermano?

¿Por qué no ha vuelto de la aldea? Y es ya la hora del oficio, y todos están en su puesto, menos quien es gloria de su monasterio, el sencillo y sublime organista... ¿Quién se atreve a ocupar su lugar? Nadie. Ninguno sabe los secretos del teclado, ninguno tiene el don armonioso de Longinos. Y como ordena el prior que se proceda a la ceremonia, sin música, todos empiezan el canto dirigiéndose a Dios llenos de una vaga tristeza... De repente, en los momentos del himno, en que el órgano debía resonar... resonó, resonó como nunca; sus bajos eran sagrados truenos; sus trompetas, excelsas voces; sus tubos todos estaban como animados por una vida incomprensible y celestial. Los monjes cantaron, cantaron, llenos del fuego del milagro; y aquella Noche Buena, los campesinos oyeron que el viento llevaba desconocidas armonías del órgano conventual, de aquel órgano que parecía tocado por manos angélicas como las delicadas y puras de la gloriosa Cecilia...

El hermano Longinos de Santa María entregó su alma a Dios poco tiempo después; murió en olor de santidad. Su cuerpo se conserva aún incorrupto, enterrado bajo el coro de la capilla, en una tumba especial labrada en mármol.

FIN


Biblioteca Digital Ciudad Seva
.сюда полезет посторонний мир иль этот уползет наружу...

Сумев отгородиться от людей,
я от себя хочу отгородиться.
Не изгородь из тесаных жердей,
а зеркало тут больше пригодится.
Я созерцаю хмурые черты,
щетину, бугорки на подбородке...
Трельяж для разводящейся четы,
пожалуй, лучший вид перегородки.
В него влезают сумерки в окне,
край пахоты с огромными скворцами
и озеро - как брешь в стене,
увенчанной еловыми зубцами.
Того гляди, что из озерных дыр
да и вообще - через любую лужу
сюда полезет посторонний мир.
Иль этот уползет наружу.

Иосиф Бродский.

1966 г.