sábado, 8 de setembro de 2018


Observando a entrevista de Mourão na Globo e a falta que o ensino de sociologia provoca nos preconceitos contra índios, negros, mulheres e contra a própria ideia de cultura. A pior parte foi a ausência de críticas contra Ustra, que nunca foi um combatente militar e sim um covarde torturador de presos sob custódia do Estado, uma gritante diferença em termos de tratados internacionais imprescritíveis. Vergonha. Como podem militares que se tornaram o que são apenas por causa da educação em instituições públicas e estatais, com a vida profissional inteira no Estado, quererem privatizar empresas nacionais estratégicas. Por que esses militares privatistas não seguiram uma carreira privada anterior ? Quem é funcionário público serve ao interesse público e não ao lucro privado de um patrão, servidores públicos servem à sociedade e não à lógica privada do capital, eis a grande diferença. Se gostam tanto da iniciativa privada por que não trabalharam na segurança privada e se aposentaram por lá ? Acredito que boa parte das Forças Armadas passa uma profunda vergonha com a dupla desses candidatos ex-militares revelando profunda ignorância sobre a realidade brasileira, um grande desconhecimento teórico e científico sobre os principais conceitos e estudos que preparariam militares em uma sociedade moderna, democrática e com soberania nacional. O Mourão mostrou ler e concordar com a visão ideológica neoliberal dos funcionários da Globo, o que mostrou a concordância e não a oposição de ideias, como na entrevista com Haddad, que com vários cursos na universidade, é muito melhor preparado e capacitado em termos de cultura, economia e formação educacional. Isso que não perguntaram sobre o combate à fome, ao desemprego, à desigualdade e sobre quem criou mais universidades e inclusão social no Brasil !

RCO

CIRO GOMES DESMONTOU BOLSONARO



Helio Fernandes

O presidenciável do PDT acertou em cheio o capitão da reserva.Entrevistado na tv, tinha 1 minuto pata dar sua ultima palavra. Falou:"Vou fazer uma revelação, não haverá segundo turno,serei eleito no primeiro, com mais de 50% ds votos".

O candidato do PDT respondeu:"Bolsonaro não é ignorante ele é um ditador em potencial".Rigorosamente verdadeiro. Ele já está convidando pessoas para formar ou anunciar seu ministério,logo no dia 8 de outubro.

Em primeiro lugar o economista Paulo Guedes,que se autoproclamou o líder, orientador e executor da politica econômica do governo Bolsonaro. È quem tem trazido dos EUA, as ordens que Bolsonaro garante
cumprir seguramente. Falta "combinar com os russos",perdão, com o cidadão-contribuinte-eleitor.




No horário GRATUITO de radio e tv,o cidadão gasta FORTUNA para ver e ouvir



HELIO FERNANDES

Liguei na Globo não para assistir o decadente JN, e sim por causa da Maria Julia Coutinho. Queria vê-la anunciar que hoje a temperatura estará no Rio em 34 graus sem chuva, o chamado "verão no inverno". Dou
de cara com o advogado do capitão da reserva, pedindo a cassação do Lula. Esse é seu programa: eliminar da disputa o candidato que está á sua frente em todas as pesquisas. Finge não entender que os que votam
nele, sonhando com a intervenção militar, não são suficientes para o segundo turno.Perde para todos, até Alckmin ganha dele.

E a seguir tem que ver e ouvir(não de corpo presente) o ex-governador ataca-lo duramente.Desde o inicio fixado em quarto lugar, Alckmin tenta dar o indispensável pulo para o segundo lugar. Escolheu o adversário errado, corre o risco de ir para o quinto lugar,ultrapassado por Alvaro Dias, muito melhor candidato do que ele.

Do apogeu do 1 por cento fixo nas pesquisas,Meirelles não se decepciona nem reclama do "mercado".Está gastando milhões para financiar deputados e senadores, acredita que votarão nele. Perde tempo exibindo ufanismo vazio. Insiste que salvou o governo de Lula,nos 8 anos do BC, apregoa," a importância do meu trabalho no Ministério da Fazenda". Esquece que comandou o Conselho de Administração dos bandidos Batista, foi lá que conheceu o vice usurpador, se tornou seu Ministro da Fazenda.

Marina e Ciro, de forma construtiva, engrandecem a campanha. Só se irritaram, justamente, uma vez cada. Ciro, atacado pelo capitão da reserva, respondeu, massacrando-o. Foi a primeira vez que alguém informou, "ele não é ignorante, é um Hitlezinho tropical perigoso". No resto, sua campanha é com propostas e programas.

Idem, idem, para Marina. Foi dura com os apresentadores Renata e Bonner. Conhece muito bem os problemas e tenta conquistar o eleitorado feminino, com sucesso. Não deixavam que ela falasse no JN, reagiu como devia.

PS- Até agora, Ciro e Marina se credenciam para ganhar do capitão da
reserva, facil no segundo turno.
PS2- Alteração, só vindo do que chamei de INCOGNITA Lula e muitos repetem.


Mi prima me odia



Felipe Trigo

Habremos de almorzar en casa de los primos de mi mujer. Pero yo he llegado antes; mi mujer no está todavía, y no está más que la mujer de mi primo. Y la mujer de mi primo, es decir, del primo de mi mujer (mi prima si os place, mi bella prima, arrogantísima) ha huido del salón, al sentirme, refugiándose en el gabinete.

Es terrible esta prima mía, tan rubia. Es tremendo que mi boda haya venido a convertirme inesperadamente, desde hace meses, en pariente de mi antigua enemiga cordial del tranvía, de mi antigua y desconocida enemiga mortal de por esas calles.

Pero es preciso terminar esta situación de una vez, y me resuelvo. Entro en el gabinete.

¿La he sorprendido? ¿La he asustado?… El libro cae de sus manos a la alfombra. Yo, me siento. Ve en mi cara una osada decisión, y su orgullo y su altivez la obligan a callar, mirándome, mientras la contemplo. Es lista, y adivina que va a hablarle su antiguo enigma odioso de otro tiempo.

—Vaya, prima, seamos francos: usted me odia con todo su corazón.

—¿Yo?… ¡Qué escucho!

—Sí. Usted me detesta, me aborrece.

—Se engaña usted, querido primo.

—Principalmente desde que el azar nos ha ligado en parentesco, su odio a mí se ha vuelto intolerable, prima, así obligada a verme y soportarme.

—¡Por Dios!

—Mi presencia y mi conversación la irritan, y quisiera usted, sin duda, poder causarme algún daño, en forma tal que nadie sino yo supiese que usted me lo causaba… puesto que su odio es íntimo y absurdo y secreto entre los dos, de alma a alma.

—¡Mi odio!… Acaso es usted un poco fatuo.

—Tal vez.

—Desde que se casó habremos hablado seis veces, entre gentes, como extraños; y antes ni le conocía siquiera. A lo sumo pudiera haber de mí hacia usted simpatía o… antipatía: eso que instintivamente nos inspira toda nueva relación. Pero ¿odio?, ¿por qué? ¿No piensa usted que el odio es un honor que no puede concedérsele a cualquiera?

—Razón por la cual, de usted, yo tenía el orgullo de ser el hombre más odiado del mundo.

—No comprendo esa ilusión.

—Pues es raro, porque dicen que tiene usted talento.

—Gracias. También dicen que lo tiene usted.

—Solo, pues, los dos, ignoramos mutua y directamente esto que dicen. ¿Quiere que intentemos convencernos?

—Bien.

—Hablemos, entonces, por primera vez. Las otras seis no sirven para nada. Hablemos… con franqueza. ¿Usted es capaz?

—¿Por qué no, querido primo?

—¡Oh, no… no es usted capaz!… ¡Siéndolo, habría dicho… odiado primo!

—Le encuentro testarudo, a más de fatuo.

—Menos mal. Ya con eso empieza a serme franca. Correspondo, y digo que usted no era sincera al afirmar que no me conocía antes de casarme. Me conoció usted en el tranvía. Hace lo menos dos años.

—No recuerdo. ¿Quiere tener la bondad?…

—Con mucho agrado. Noche mala, de viento, de lluvia, y tranvía de Salamanca, de este barrio. Un poco tarde, y solo yo en el tranvía. Una dama que lo para al poco, y que sube: era usted. Iba usted elegantísima: abrigo de piel café, gran sombrero y plumas de color de pensamiento, terciopelo pensamiento…

—¡Ah, sí!

—¿Recuerda ahora?

—No. Solo recuerdo que tuve esas prendas.

—Además, tan perfumada, que el olor de sus esencias hízome levantar los ojos del periódico. Fui sin leer un momento, absorto por la gentileza de usted… Y usted, a lo largo del coche vacío, había entrado a sentarse en un ángulo de la delantera, diagonalmente opuesto al que ocupaba yo. Tomó usted, con rapidísima ojeada, nota de mi admiración, y la desdeñó en seguida… volviéndose a mirar por el cristal de la plataforma… Yo persistí en mirarla, absorto por su arrogancia y su belleza…

—Gracias, otra vez.

—Usted volvió a advertir mi atención, y la despreció más, volviéndome la espalda.

—¿Sí?

—Era, prima mía, amiga mía, el odio que usted empezaba a concederme, por demás…

—¿Por demás… qué?

—Por demás… generosamente. Y sonreí.

—Bueno, ya lo dije; usted es algo fatuo. Cualquiera otro que no lo hubiera sido, únicamente habría visto en mi desdén… el que conviene a los tenorios de tranvía.

—Si me perdona, prima, yo le diría a usted que les conviene mejor la indiferencia. El desdén así marcado es ya una pequeña entrega de atención… Y yo sonreí, sonreí… por eso… formé mi juicio de usted… y volví a enfrascarme en mi lectura; por no volver a mirarla… ¡Qué tormento entonces! ¡Qué rabia para usted!… ¿Se acuerda?… Es verdad, no se acuerda. Yo sí, en cambio; solos, solos siempre en el tranvía; el viaje, largo… En la Cibeles, usted habría dado no sé qué porque yo volviese a mirarla. En Colón, ¡y nadie entraba!, había usted tosido tres veces, dejando caer dos el pañuelo, y hablando con el cobrador para que oyese el abismado lector imperturbable su voz seductora… Una voz divina, clara, que yo oí bien… pues lo que menos me importaba era el periódico, todo empeñado en hacer rabiar a usted con mi indiferencia… porque le diré también, si usted me lo consiente, que es la indiferencia el mejor castigo contra las desdeñosas del tranvía. En fin, usted bajó; tenía yo tan tendidos los pies, que tuvo usted que pedirme al pasar: —¿Permite usted?— ¡Horror, mi odiada prima!… ¿se acuerda?… Yo recogí los pies sin contestarle, sin alzar los ojos del Heraldo, cuya «lectura» no interrumpí…

—¡Falso!… ¡Usted me miró; y de tal manera, que aun volvía por el vidrio la cabeza cuando yo avanzaba hacia mi casa!

—¿Cómo? ¿Eso sí lo recuerda?

—Lo recuerdo. ¡Vea usted lo que son las cosas!

—¿Y no recuerda asimismo que otras noches desde entonces nos volvimos a encontrar en el tranvía, con más gente, con menos gente, y que siempre yo… leía el Heraldo?

—¿Y no recuerda usted, odiado primo, que en el tranvía y en la calle, dondequiera que nos volvimos a encontrar, yo cuidaba hacerle advertir la primera mi desprecio?

—Su odio.

—¡Sea! ¡Mi odio!

—Un odio de mujer. Amor inverso.

—¿Cree usted?…

—Tanto, que le temía a esta inevitable explicación, como a una declaración… amorosa.

—¡¡Señor mío!!

—¡Qué!

—Que yo no puedo consentir… ¡Schist!, ¡mi marido!

Entra el marido, me saluda.

Sale el marido a dejar el abrigo y el bastón.

Hay un silencio.

—¿Decía usted?… Siga, siga.

—Decía que usted verá si para dejar de odiarme le conviene amarme… no hay otra manera. Por mi parte, siento muchas veces la intención de darle un beso.

—¡Oh, pero usted se me rinde, infeliz! ¿No ha previsto que desvanece mi odio, suponiendo que lo tuve, al confesarme su mañoso interés en sus lecturas del Heraldo? Usted, la intención de darme un beso; yo, la voluntad de negarlo, y heme aquí vengada, curada de mi odio… radicalísimamente.

—No, porque yo diré en seguida que no me importa que me lo niegue… y usted me seguirá odiando.

—¿Como usted a mí por consecuencia?

—El odio es amor inverso. No renuncio al orgullo de su odio. Le digo, prima, que no quedan más caminos que odiar… o amar.

—Queda otro. Confesarles nuestro mutuo odio inextinguible a su mujer, a mi marido… y no vernos más. Es lo prudente.

—Tiene usted razón: es lo prudente. No hay motivo alguno para que nos sigamos soportando.

—¡Ahí viene mi marido!

—¡Y mi mujer!

Mi bella y blonda prima se levanta, vacila… vuelve a mí desde la puerta.

—¡No les diga nada aún! —me advierte.

—¡Pues jure que me odia con toda el alma!

—¡¡Con toda el alma!!

Sale, y yo permanezco un instante respirando sus esencias, sacudidas al vuelo de sus sedas.

Mi prima me odia.

Tiene talento mi prima, ¡qué diablo!

FIN

Cuentos ingenuos, 1920

Biblioteca Digital Ciudad Seva

El español Felipe Trigo (1864-1916) fue rechazado durante su época por otros autores que lo describían como "corruptor" o "pornográfico" porque escribía cuentos sutilmente eróticos. Para esta semana he seleccionado uno de ellos, "Mi prima me odia", en el que Trigo juega con la delicada línea que separa al amor del odio.


¡Quédate!



Gabriele D’Annunzio

¡Quédate! Descansa
Junto a mí.
No te vayas.
Yo te cuidaré siempre.
Te arrepentirás de todo
Excepto de venir a mí,
libremente, con orgullo.
Te amo. No tengo ningún pensamiento
que no seas tú;
No llevo en la sangre un deseo
que no sea para ti.
Lo sabes.
No veo en mi vida otra compañera,
No veo otra alegría.
Quédate.
Descansa. No te preocupes de nada.
En mi corazón. Duerme esta noche.

Biblioteca Digital Ciudad Seva



SEMPER EADEM


 - Charles Baudelaire

"De onde te vem, responde, essa tristeza infinda
Que galga, como o mar, o negro e nu rochedo?"
- Quando no coração nossa colheita finda,
viver é um mal. Ninguém ignora este segredo.

Uma dor muito simples, nada misteriosa,
A todos familiar, como tua alegria.
Nada queiras saber, minha bela curiosa!
E, embora a voz te seja afável, silencia!

Cala-te, tola! alma de tudo embevecida!
Boca de riso ingênuo! Ainda mais que a Vida,
A Morte nos enlaça em seus sutis idílios.

Deixa-me o coração confiar no que suponho,
Dentro em teus olhos mergulhar como num sonho,
E dormir longo tempo à sombra de teus cílios!

Tradução: Ivan Junqueira