terça-feira, 12 de novembro de 2019

El mendigo




Mi vida es muy sencilla:
Trabajo en un café

Cada noche en un café distinto

Cuando llega la oscuridad
y se van encendiendo las lámparas
me siento en el rincón más oscuro
en una mesa pequeña donde nadie pueda verme

(pretensión ociosa:
A nosotros nadie nos ve:
Heredamos el paciente prodigio de pasar totalmente desapercibidos)

¿Qué hago?

Como ya les dije, lo que hago es muy sencillo

                                   Escucho

Y puedo asegurarles que yo sé escuchar

Esto al menos nadie me lo podrá negar

Lo escucho todo, hasta los silencios

               Retengo todas las palabras que se dijeron
La que nunca pudieron decirse

Y aquellas que se dicen de todas las maneras posibles que una palabra se puede decir

Desgraciadamente tengo mala memoria

   y nunca recuerdo lo que quisieron decir

Quizás porque ya he renunciado a entender

                     O simplemente
Porque me lo sé ya todo de memoria
No me las doy de omnipotente ni de ubicuo

                     Mi percepción va más
que el rebote del último sonido
entre los vasos y las porcelanas

Mi trabajo es muy simple

                             Pero hay que saber esperar
Y esto sí confieso que me resulta extenuante

Aunque ya no me importa

                         Simplemente me quedo allí
hasta que la última mesa haya quedado vacía

                                                           el último mantel recogido
y las lámparas apagadas para siempre

Entonces me levanto

                     Y comienzo a barrer todas las palabras
que han caído desparramadas por el suelo

Algunas son fuertes y se resisten

                         otras se desarman en letras sueltas

Y hay veces cuando el azar provoca las combinaciones más insospechadas

Pero ya sé que en el fondo dicen nada
tengo mi conciencia tranquila
cuando al piso lo he dejado limpio como una página en blanco

Pero tampoco crean que soy perfecto

                     En realidad no lo soy

¿Cómo lo podríamos ser
si vivimos sólo del aire y la sangre de nuestros semejantes?
Como irremediablemente nadie me mira
cada noche escojo una de aquellas palabras

                                      La recojo con ternura

Con el cuidado de quien siempre supo
que cada simple combinación de letras y palabras

       alguna vez

                                      -digo: alguna vez-

                  prometieron algo

A cada palabra que recojo
la cubro con la palma de mis manos entreabiertas
para que no se enfríe y deje de vivir

A veces despierto feliz
sintiéndola a mi lado

O despierto llorando porque ya no está allí

Pero otras,
las más

ya se han deshecho con la humedad de mi piel
y dejan como llagas viscosas en mi cuerpo

Heridas que tardarán en cerrarse
por lo menos todavía

Hasta que a la noche siguiente

vuelva a sentarme en la mesa más oscura
de cualquier otro café

    Y haga lo único que sé hacer:

           Escuchar

                             Escuchar en silencio

                                                                 Y esperar.

Enrique Giordano©

Magíster y doctor en Literatura de la Universidad de Pensylvania, es académico de Literatura Hispana en la Universidad de Cincinatti, Ohio por once años fue profesor en el Barney College de la Universidad de Columbia en Nueva York. Fue en este período que escribió “El mapa de Amsterdam”, libro que tras 25 años, la editorial Cuarto Propio reeditó y presentó recientemente en Chile.

Nació en Concepción y eso lo llevó a ingresar a la Universidad de Concepción a estudiar literatura. Aunque la pedagogía no era lo que le atraía, con el correr de los años se ha dedicado y ganado la vida con ella, aunque la academia es absorbente y quita mucho tiempo para escribir. Cuando estudió, el departamento de Español vivía un momento espléndido con profesores como Gonzalo Rojas, Jaime Concha, Juan Zapata y otros.

Publicaciones: Poesía y Poética de Gonzalo Rojas, 1987.  Manuel Puig: montaje y alteridad del sujeto (coautor), 1986.  El mapa de Ámsterdam, poemas originales, 1984.  La teatralización de la obra dramática: De Florencio Sánchez a Roberto Arlt, 1982. Artículos sobre Borges, Cortázar, García Márquez, Griseda Gámbaro, semiótica del teatro.

Fonte :  Juan Zapato 

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