segunda-feira, 27 de fevereiro de 2017

MAS DE UNA..


Cuando estamos en el señor verano del amor, es cómo estar en el desierto del corazón.
Por eso hay que estar siempre en las primaveras universales del Romanticismo para que no haya resequedad en las felicidades del amor y las del corazón.
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Un verano árido sin abono es cómo no tener sentimientos en el alma.
Unos dirán, pero yo ando sólo y mi verano no es triste sino desolado.
Un verano triste y desolado, pero tienes aguas que te llegan al alma de vez en cuando a darle vida al corazón.
Y él corazón es un laberinto que sabe acumular para regar por dentro más de una felicidad.


Maxmiliano Rios Duran

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