domingo, 6 de fevereiro de 2011

Endecha

Estábamos perdidos

cuando nos encontramos

en aquel retraso de aeropuerto.

Yo estaba lleno de noche y de frío,

aunque había pasado tres días

en el “San Francisco”,

con una muchacha de nalgas redondas.

Tu creíste que yo era un camionero.

Admiraste la vulgaridad de mi estilo

y me amaste por ello.

-No lo era.-

Yo creí que tú eras una princesa,

que arrastraba hasta mí su aburrimiento.

-Y es verdad.-

Como es verdad que seguimos estando perdidos.

Yo, por no poder soportar la realeza,

tú, por no saber nunca lo que estás haciendo.

Mário Rivero

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