sábado, 24 de julho de 2010

MENSAJEROS DEL OLVIDO

Creo que una tarde, me dispuse voluntariamente a cruzarme en el camino del viento, para esperarlo entre los árboles y decirle que se acordara de traerme aquellas veloces nuevas oportunidades que mis ojos esperaban.

Si mal no recuerdo, una noche me dispuse casi cansinamente, a robarle un poco de tristeza a la luna para redactar algunas frases; y mientras eso sucedía, le dije que no se olvidara de crearme nuevas voces de aliento, para aquellos que caían presos de sus amores.

Una madrugada sin más, me apeé de mi cuerpo dormido y con los ojos entrecerrados y el rostro mullido de misterio, volé cerca de algunos ángeles que se cruzaban entre nubes de marfil y cielos de octubre; y, mientras eso pasaba, les pedí que no tejieran leyendas en sus mentes sobre esos seres perfectos que paseaban debajo de sus alas, que, de tan deseosos de la vida, se habían vuelto brutales bestias que soñaban la nada, y sus sonrisas, solo reflejaban gestos soberbios de los mensajeros del olvido.

Quizá una tarde, me quedé sentado en este banco de plaza, descascarando los días y peinando los errores para que no fueran tan visibles, y mientras eso sucedía, me quedé dormido sobre mis contrariedades; y sin saberlo, un día por venir se cruzó con mi sombra, y me fui con él, mientras me pedía que no me olvidara de reclamar mis momentos presentes que envejecían entre el deseo y el primer paso.

Creo que una tarde... desperté entre una fina llovizna que se colaba entre las copas de los cipreses y andaba latente esperando el movimiento de los pinos; y, mientras eso pasaba, pude ver como se despedían los segundos de mi existencia, y puse en aviso a mi alma, de que un fino hilo de plata tan frágil como una caricia, era lo único que nos unía a los pensamientos del ahora y la eternidad.

Tal vez fue una tarde, en que creo dejé de ser mañana y me volví hoy, dejé de ser sueño y me volví hecho; dejé, de ser palabra y me transformé en camino, dejé de ser planes y me volví vida.

Si mal no recuerdo, creo que una tarde, empecé a vivir.


Jesús Alejandro Godoy
Contacto: jesus_alejandro_ godoy4@yahoo. com.ar
http://jesusalejandrogodoy.blogspot.com/

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