"Han pasado cuarenta años, y todo lo que podemos decir
es que sabemos sus nombres,
Sabemos sus domicilios
Sabemos como se enriquecieron
Sabemos el lugar de sus vacaciones
Sabemos donde torturaron, donde violaron, donde asesinaron
Sabemos a que iglesias asisten
A que fiestas concurren, a que supermercados van de compras
con sus nietos
Sabemos que obispos, que cardenales
Rezaron y rezan por ustedes
Sabemos que jueces los amparan, que Dios los protege.
Y algún día
Sabremos donde enterraron a nuestros muertos.
Pero eso no es todo, no,
También sabemos que ninguna oración posible, que ningún
arrepentimiento,
Que ningún acto humano conocido o desconocido
podrá remediar jamás lo que nos hicieron.
Ustedes son los padres
Del triunfo violento,
Amargo
Y definitivo del mal.
Nos duelen unánimes todas las partes del cuerpo y del alma,
Y nos dolerán hasta el fin de nuestros días.
Pero no teman, pueden vivir en paz.
De nosotros no teman actos de coraje
Ni actitudes de desafío
De nosotros no teman siquiera una mirada que acuse.
Así no puede ser, lo sabemos,
Pero así es, así es, así es,
¡Perdón, perdón, perdón, por nosotros, los cobardes!"
Juan Radrigán. Dramaturgo Chileno
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