terça-feira, 18 de dezembro de 2012

Bondad.




Dulce, cándida, valiente...
¡Qué asombrosa es la bondad!
Pues se entrega sin remilgos,
porque nace así, sin más,
viste lentes de inocencia
que a todos hace brillar.
Y buscando entre la gente...
¡cuán escasa es la bondad!
La perfecta candidata
para abusar sin piedad...
que ser bueno no compensa
en la banal realidad.
Se expresa calladamente...
¡Tan discreta, la bondad!
Prescinde de todo adorno,
excelsa sin nada más,
radiante, sin ser de oro,
joya sin valorar.
Y esa belleza adyacente...
¡cuán hermosa es la bondad!
Su rostro es infinito,
diáfano, virginal.
No lo pretende, y todo inunda.
Fuente de felicidad.
La inferencia es contundente:
¡Qué asombrosa es la bondad!


Yesenia Pineda.

Málaga . España

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