sexta-feira, 31 de julho de 2009

El Pensador

Las nuevas pantuflas rosas de mi /mujer

tienen unos alegres pompones.

Ni una sola mancha, ni una mota

en su puntera de raso o en los late /rales.

Por la noche descansan juntas

bajo su lado de la cama.

Por la mañana, entre tiritones,

las entreveo y me sonrío.

Más tarde las miro

bajar por la escalera,

pasar apresuradas por las puertas

y trajinar en torno a la mesa,

moviéndose con decisión

¡y con un bamboleo

de sus alegres pompones!

Y colmado de felicidad hablo con /ellas

en mis adentros.

William Carlos Williams

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